Sueño con tus besos
posados sobre mi pellejito.
Con tus labios y tu nariz
recorriendo mi piel,
lamiendo y husmeando
hasta el último huequito de mi cuerpo.
Es que te necesito.
¿Cómo te lo hago saber?
Sólo te escribo y me erizo.
No imaginas,
no tienes idea.
Cuánto te deseo,
cuánto te sueño,
cuánto te amo.
Te sueño hasta que mis manos:
una escribe y la otra…
se pasea mojada
por el llanto bajo y silencioso
porque no estás aquí.
Raquel