jueves, 20 de marzo de 2008

Esos besos...


Tu olor quedó impregando
marcado y sellado en mis manos,
mi cuello, mi barriga,
en mis labios…

Esos besos tibios y tímidos,
delicados y rabiosos,
con ganas y dolor del alma.

Suspiros…
desde el huequito que habitas.

Mi cuerpo a punto de desfallecer,
de morir en tus brazos,
en tu calor,
en la blancura de tu ser.

Esos besos…
Te cuento:
Que del melocotón brotó
el más dulce néctar...

y se perdió en mis manos.

Pero con esos besos
aún queda la esperanza
de que algún día…

lo vuelvas a saborear.
Raquel

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leerte es un viaje en si mismo